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TITULO: "Ataque al graffiti"
Texto: Sergio Correa

Fuente: BBC, 8 abril 2005
Primer congreso internacional para combatir el graffiti. .. 

 

Karl Hennig podría haber sido un hombre tranquilo y feliz de no haberse conjugado en su destino dos hechos inconciliables: su nacimiento en Berlín y su odio al graffiti. Hoy Hennig, político del partido de derecha alemán CDU, pasará a la historia como el primero que logró formar un congreso internacional anti graffiti... y esto en Berlín, la capital europea de las pinturas urbanas con spray. Justamente, en esta ciudad, 300 participantes de Europa y Estados Unidos se dieron cita este jueves y viernes para discutir la mejor manera de perseguir a los artistas silvestres. Entre ellos, la delegación de Dinamarca representó la línea dura. Los nórdicos contemplan en su ley hasta seis años de prisión por pintar las paredes sin permiso, una idea que nadie en Berlín parece querer seguir con idéntico rigor.

"Ofertas alternativas". A veces parecería que lo 
que expresan es un rechazo al concepto estético de las autoridades. Pintar graffiti no está estipulado en la legislación alemana como un delito. Precisamente, la intención de los partidos de derecha durante el congreso fue buscar una alianza para presionar al resto de los partidos políticos alemanes que los apoyen a incluír a los graffiteros dentro del código penal. El jefe de seguridad de los ferrocarriles alemanes -un codiciado blanco de los graffiteros-, Jean Petersen, declaró que su empresa gasta anualmente más de US$700 millones para limpiar sus trenes y estaciones de las pinturas. Sin embargo, aún entre los políticos hay defensores de los graffiteros: nada menos que el alcalde de Berlín y anfitrión del congreso, Klaus Wowereit, advirtió que poco se ganaba con castigos y que lo mejor sería buscar "ofertas alternativas correspondientes a la edad de los graffiteros".

Graffiteros a la defensa. Paralelo al congreso tuvo lugar una protesta de 
los mismos graffiteros en el Parque del Muro en Berlín. Armados de su lata de spray y con los rostros cubiertos, proclamaron que "el graffiti es una escuela de la vida". Levantando sus latas como armas amenazaron a sus enemigos, reunidos a varios kilómetros del lugar. El ruido de un helicóptero durante la manifestación marcó la nueva estrategia de la policía local: provistos de cámaras sensibles al calor, los helicópteros de la policía de Berlín comenzarán desde ahora en adelante a perseguir a los graffiteros desde el aire. Ese mismo día la cosecha de ocho graffiteros atrapados in fraganti marcó el primer triunfo de la nueva campaña de la policía.

Héroes locales. 
Los graffiteros son una suerte de modestos héroes urbanos en Berlín; para ellos no se trata solamente de pintar un buen graffiti, sino de que sea bien grande y que esté expuesto de la mejor manera posible. Algunos de ellos, como Christian "Lake" Wahle o Gino Fuchs, han alcanzado una fama legendaria y conseguido finalmente ser reconocidos y hasta contratados por algunas empresas. El muro de Berlín fue por décadas un extenso lienzo para los graffiteros; luego de su caída ha sido reemplazado por casi cualquier pared de la ciudad. Muchos de los graffiti de Berlín son, sin embargo, meras rayas. Pero la falta de talento gráfico no desanima a algunos graffiteros. A menudo, la intención parece ser expresar el rechazo a los barrios recién renovados de la antigua Berlín Oriental, con sus reconstrucciones históricas y sus fachadas con prolijos tonos pastel. "Demasiado bonitas, demasiado limpias, demasiado burguesas", parece ser la opinión de quienes, implacables, aprietan el botón de las latas de pintura y se dedican a la redecoración.
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